Normas para no discutir
Si nos vemos sorprendidos por una discusión donde la otra persona se exalta para intentar demostrar que tiene la razón, hay que saber que esa situación la podemos transformar en una conversación saludable. Por que decimos "saludadable"... a veces perdemos la salud manteniendo discusiones que cambian de nivel hasta llegar a tener nuestras palabras matices violentos.
Vamos a explicar unas reglas sencillas... como si fueran las normas de circulación para utilizar nuestro coche.
Si nos vemos sorprendidos por una discusión donde la otra persona se exalta para intentar demostrar que tiene la razón, hay que saber que esa situación la podemos transformar en una conversación saludable. Por que decimos "saludadable"... a veces perdemos la salud manteniendo discusiones que cambian de nivel hasta llegar a tener nuestras palabras matices violentos.
Vamos a explicar unas reglas sencillas... como si fueran las normas de circulación para utilizar nuestro coche.
- Si no se puede mantener un tono cordial, es mejor estar dispuesto a callar, aunque se crea que se tiene la razón. Callar no significa “perder”.
- Evitar herir, faltar al respeto, burlarse, insultar y humillar a la otra persona. De ese modo se evitan posibles reproches que podrían alargar la discusión.
- Escuchar al otro es fundamental. No dejar que la otra persona hable es una de las cosas que empeoran más la situación. Aunque se tengan muchas ganas de hablar, hay que entender que el otro tiene la misma necesidad de expresarse.
- No culpar al otro de todo y saber reconocer nuestra responsabilidad es importante para que la otra persona no se sienta atacada.
- En lugar de decir frases cargadas de negatividad, como: “No estoy de acuerdo en lo que quieres hacer”, es preferible decir algo más positivo, tipo “¿Qué te parece si lo hacemos así?”
- Evitar generalizar diciendo frases como: “Siempre haces lo mismo”, “Nunca me escuchas”.
- Saber pedir perdón con sinceridad es una buena manera de apaciguar una situación de tensión. El perdón es un arma muy poderosa.
- Si algo molesta, es mejor decirlo de forma asertiva.
- Hay que evitar exigir, si se puede pedir por favor. No olvidar dar las gracias.
- Mostrar comprensión y no decirle a la otra persona que no es normal que piense así, o que no debe pensar de ese modo.
- Si se logra terminar con éxito la discusión, sin que ninguna de las partes siga enfadada o irritada, hay que hacer borrón y cuenta nueva. Sentir que este tema ha finalizado. Evitar el rencor y no volverlo a sacar en otra discusión ajena a ese asunto.
- Ponerse siempre en el lugar del otro es muy eficaz para comprender su postura y dejar de pensar que nuestra versión es la única válida.
- El rencor nace cuando los problemas del pasado no han quedado del todo aclarados. Es importante no guardarse nada en el momento en que ocurre.
- Cuando las personas arreglan sus diferencias de un modo pacífico, la energía positiva fluye y ayuda a que las cosas salgan bien.
- No se puede imaginar un mundo donde nunca nadie se ponga de acuerdo.
- Es importante desarrollar nuestra capacidad de entender a los demás, reconociendo y valorando sus razones y emociones.
- También hay que conocerse uno mismo, aceptar los propios errores sin exagerarlos ni minimizarlos.
- Aprender a quererse uno mismo. Saber dónde está el límite de cada uno y sobre todo tener claro lo que se quiere y lo que no.
- Lo importante no es lo que se dice, sino cómo se dice.
- Hay que saber encontrar el momento y el lugar.